Actualmente puede visitarse en el Jardín Botánico una exposición de bordados realizados por Francisca Artigues en colaboración con su hijo, el artista Miquel Barceló.
Estanque de Linneo y Pabellón Villanueva
Los bordados en aguja e hilo son fruto del trabajo paciente y minucioso llevado a cabo por Francisca durante años en su casa de Felanitx (Mallorca). Hay días en que llega a dedicar entre ocho y diez horas a esta ocupación.
Se trata de bordados realizados con la técnica del punt mallorquí, heredada de su madre, en la que se utiliza un pequeño tambor o bastidor. Francisca ejecuta sus bordados sobre diversos objetos funcionales de uso doméstico, como manteles, servilletas, cortinas, cubrecamas o tapices.
A Miquel Barceló le gusta decir que estos bordados son como el hilo que le une con su madre. Al principio, Francisca tomaba dibujos de cefalópodos que su hijo le pasaba y los calcaba sobre la tela. Posteriormente, Miquel comenzó a hacer los dibujos directamente en la tela y sobre esas manchas de acuarela Francisca bordaba. Juntos han creado un fantástico animalario de cefalópodos, crustáceos, peces y otras criaturas marinas, pero también de mamíferos o aves.
Artículos
Mi madre hace barcelós (El País Semanal, septiembre de 2018)
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