En el pico Ocejón

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jueves, 30 de agosto de 2018

En la ciudad papal de Aviñón (agosto de 2018)

De vuelta de Alemania hicimos una escala de cuatro noches en la villa provenzal de Aviñón, capital del departamento de Vaucluse, que tiene una población de unos 90.000 habitantes y conserva una de las ciudadelas más grandes de Europa.


Desde la île de la Barthelasse


Sus estrechas callejuelas y sus sombreadas plazas se hallan llenas de animados cafés y restaurantes, especialmente la Place de l´Horloge (sede del Hôtel de Ville), la Place Crillon, la Place des Châtaignes, la Place Pie o la Place des Corps Saints.


Hôtel de Ville


Tour Saint-Jean (Place Pie)


La edad dorada de la ciudad se sitúa en el siglo XIV y en los inicios del XV, cuando fue sede papal. A lo largo de 94 años se sucedieron un total de nueve pontífices (siete de ellos oficiales y dos antipapas, siendo el último de ellos Benedicto XIII, nuestro Papa Luna).

Se cree que fue en esta etapa de esplendor cuando el poeta italiano Petrarca conoció en Aviñón a su amada Laura, la noble provenzal a la que dedicó los poemas incluidos en su Cancionero. No obstante, hay quienes piensan que la tal Laura nunca existió y que todo no es sino un recurso poético del que se valió Petrarca para cantar al amor cortés.

Nacieron en Aviñón el pintor Joseph Vernet (1714-1789) y el compositor Olivier Messiaen (1908-1992). 
El político Edouard Daladier (1884-1970), nacido en la cercana Carpentras, fue alcalde de Aviñón y varias veces jefe de gobierno o primer ministro de Francia.








La ciudad alberga anualmente un festival de teatro, que fue puesto en marcha por el actor y director teatral Jean Vilar, y que ha alcanzado un gran reconocimiento a nivel mundial.


Palais des Papes
Fue edificado de 1335 a 1352 por los papas Benedicto XII y Clemente VI.
Comprende una imponente fortaleza y un suntuoso palacio de estilo gótico.
Sus habitaciones y capillas están decoradas con pinturas al fresco de maestros franceses e italianos, destacando las realizadas por el italiano Matteo Giovanetti, a imitación del estilo de su compatriota Simone Martini, autor de los frescos de la basílica de San Francisco de Asís.












Pont de Saint-Bénezet o Pont d'Avignon
Es el famoso puente sobre el Ródano que se menciona en una popular canción infantil.
Actualmente solo se mantienen cuatro arcos de los aproximadamente veinte que llegó a tener.
A la altura de su segundo pilar se levantan dos capillas, la de Saint-Bénezet y, por encima de ella, la de Saint-Nicolas.
Se empezó a construir en el siglo XII para facilitar el cruce del Ródano, aunque no se terminaría hasta el XIV. Una leyenda local cuenta que su autor fue Bénezet, un pastor del valle de Ardéche, que lo hizo por mandato divino. No era practicable para carruajes. Solo podía ser utilizado por personas y caballerías. Como consecuencia de los daños sufridos en las guerras y en las crecidas del Ródano (como la de 1630), hubo de ser reconstruido varias veces. A finales del siglo XVIII se hundieron varios de sus arcos en otra inundación y dejó definitivamente de funcionar.

Sur le pont d'Avignon
l'on y danse, l'on y danse,
sur le pont d'Avignon
l'on y danse tout en rond


Pont Saint-Bénezet














Catedral Nôtre-Dame-des-Doms




Petit Palais


Hôtel des Monnaies


Iglesia de Saint-Pierre


Iglesia de Saint-Pierre


Museo Lapidario


Museo Lapidario


Museo Angladon


Marché des Halles


Rue des Fourbisseurs


Rue des Teinturiers


Rue des Teinturiers


Rue des Teinturiers


Villeneuve-lès-Avignon
Frente a Aviñón, al otro lado del Ródano, se situa esta localidad que posee un notable conjunto monumental, destacando la Tour Philippe-le-Bel, el Fort Saint-André o la cartuja de Val de Bénédiction. Experimentó también un gran desarrollo a raíz de la instalación de los Papas en Aviñón.


Vista de Villeneuve-lès-Avignon desde lo alto del Rocher des Doms


Tour Philippe-le-Bel


Tarascón
También a orillas del Ródano se sitúa esta tranquila villa provenzal, que es la patria chica de Tartarín, el popular personaje creado por el escritor nimesino Alphonse Daudet. A ella puede llegarse cómodamente desde Aviñón en tren (el trayecto dura apenas un cuarto de hora) o en autobús.
En el escudo de Tarascón se hallan representados su castillo, el Château du Roi René, construido en el siglo XV en estilo gótico de influencia italiana, y la Tarasca, un animal fantástico, con aspecto de dragón, que según una leyenda vivía en las aguas del Ródano y emergía de ellas para devorar a pastores y niños.
En 2005 se instaló, en una rotonda junto al castillo, una escultura de la Tarasca, realizada por el escultor Pascal Demaumont.
El último fin de semana de junio se celebran las Fêtes de la Tarasque o fiestas medievales de la Tarasca, consideradas de interés turístico.
Durante el medievo Tarascón se convirtió en lugar de peregrinación, debido a que en la cripta románica de su iglesia se halla enterrada, dentro de un sarcófago paleocristiano del siglo IV, Santa Marta. Según una leyenda, la santa llegó a la Provenza pocos años después de la muerte de Cristo y se enfrentó a la Tarasca, a la que conseguiría derrotar para alegría y alivio de los tarasconeses.
Dentro del trazado urbano de la villa destaca la rue de les Halles, una calle medieval que presenta unas arcadas o soportales de los que hay algunos ejemplos en el Languedoc, pero que son únicos en la Provenza.



Château du Roi René


















Vista de Beaucaire, al otro lado del Ródano



Iglesia de Sainte-Marthe



La Tarasca



Iglesia de Sainte-Marthe






Cripta en la que se halla enterrada Santa Marta



Le Panoramique



Hôtel de Ville



Rue de les Halles






Estatua de Tartarín








Oficina de correos