En el pico Ocejón

En el pico Ocejón

domingo, 14 de octubre de 2018

Los bordados de Francisca Artigues (12 de octubre de 2018)

Actualmente puede visitarse en el Jardín Botánico una exposición de bordados realizados por Francisca Artigues en colaboración con su hijo, el artista Miquel Barceló.




Estanque de Linneo y Pabellón Villanueva


Los bordados en aguja e hilo son fruto del trabajo paciente y minucioso llevado a cabo por Francisca durante años en su casa de Felanitx (Mallorca). Hay días en que llega a dedicar entre ocho y diez horas a esta ocupación. 












Se trata de bordados realizados con la técnica del punt mallorquí, heredada de su madre, en la que se utiliza un pequeño tambor o bastidor. Francisca ejecuta sus bordados sobre diversos objetos funcionales de uso doméstico, como manteles, servilletas, cortinas, cubrecamas o tapices.














A Miquel Barceló le gusta decir que estos bordados son como el hilo que le une con su madre. Al principio, Francisca tomaba dibujos de cefalópodos que su hijo le pasaba y los calcaba sobre la tela. Posteriormente, Miquel comenzó a hacer los dibujos directamente en la tela y sobre esas manchas de acuarela Francisca bordaba. Juntos han creado un fantástico animalario de cefalópodos, crustáceos, peces y otras criaturas marinas, pero también de mamíferos o aves.


















Artículos
Mi madre hace barcelós (El País Semanal, septiembre de 2018)

domingo, 16 de septiembre de 2018

De Azpeitia a Araia, las tres primeras etapas del Camino Ignaciano (de 15 a 17 de agosto de 2018)

El Camino Ignaciano es un itinerario de unos 675 kilómetros, que une Azpeitia y el Santuario de Loyola (Guipúzcoa) con Manresa (Barcelona), a los pies del macizo de Montserrat, atravesando un total de cinco comunidades autónomas (País Vasco, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña). Se halla señalizado con flechas de pintura color naranja y balizado además como sendero de gran recorrido (GR-120), pudiendo hacerse en unas 27-30 etapas. Desde hace ya tiempo tenía curiosidad por hacer únicamente sus tres primeras etapas y en este mes de agosto encontré por fin el momento oportuno para ello. 
En Madrid tomé el tren que va a San Sebastián e Irún, apeándome en Zumárraga para allí montar en otro tren de cercanías e ir hasta Legazpia (solo una parada), donde dormiría la víspera de iniciar mi caminata, concretamente en el Hotel Mauleón, ubicado en la casa-torre de Elorza Enea. Hubiese preferido pasar esa noche en Zumárraga, pero no quedaba sitio ni en su hotel, ni en ninguna de sus tres pensiones.



Hotel Mauleón (Legazpia)





A la mañana siguiente, miércoles festivo, tomé nuevamente el tren de cercanías a Zumárraga para allí enlazar con el autobús con destino Zumaia, que me llevaría hasta Azpeitia, localidad guipuzcoana al pie del macizo calizo de Izarraitz, que va a ser el punto de inicio de esta pequeña aventura que me va a permitir visitar la Basílica de Loyola o el Santuario de Arantzazu y va a llevarme hasta Araia, en Álava, tras atravesar la sierra de Aitzgorri y sus hermosos hayedos.



Legazpia



1ª etapa: Azpeitia - Urretxu/Zumárraga

Recorrido: Azpeitia - Santuario de Loyola - Azkoitia - Aizpurutxo - Urretxu/Zumárraga
Distancia: 18 kilómetros.

En esta primera etapa se sigue la Vía Verde del Urola (antiguo ferrocarril que unía Zumaia con Zumárraga), cruzándose varios viaductos y atravesándose unos veinte túneles que están perfectamente iluminados. Es un itinerario muy frecuentado por los amantes de la bici.

El calor va a apretar en esta jornada. Por fortuna, el camino discurre a la sombra en numerosos tramos, lo que hará la etapa bastante llevadera. Los paisajes y los atractivos del recorrido compensan, en todo caso, sobradamente la marcha.



Kontzeju Plazatxo o Plazuela del Ayuntamiento (Azpeitia)



Altuna Etxea (Azpeitia)



Iglesia de San Sebastián de Soreasu (Azpeitia)









Casa-torre de Enparan



Convento del Corazón de Jesús


A kilómetro y medio de Azpeitia se encuentra el Santuario de Loyola, que es realmente el punto de inicio del Camino de Ignaciano. Además, en su portería puede adquirirse la credencial de peregrino (0,50 euros). El itinerario está perfectamente señalizado, con marcas de pintura roja y blanca (GR-120), así como con flechas de color naranja en farolas, en muros, en rocas, etc. Además, a veces aparecen escritas las iniciales C.I. (Camino Ignaciano) o I.B. (Inaziotar Bidea).



Basílica de Loyola


La Basílica de Loyola, erigida a finales del siglo XVII en honor a San Ignacio, fundador de la Compañía de Jesús, es obra del arquitecto italiano Carlo Fontana, discípulo de Gian Lorenzo Bernini. Es una construcción típicamente jesuítica, de estilo barroco y planta circular, con portada churrigueresca, y se halla rematada por una majestuosa cúpula.











Pegada al Santuario de Loyola se halla la casa-torre de los Loiola, que es la casa familiar en la que en 1491 nació Íñigo de Loyola, que luego pasaría a llamarse Ignacio de Loyola y con el tiempo sería santificado. Actualmente es un museo de cuatro plantas que nos permite conocer el hogar familiar, la vida de San Ignacio y la historia de la Compañía de Jesús.



Casa-torre de los Loiola



Casa-torre de los Loiola






Río Urola (Azkoitia)



Azkoitia



Plaza Berri (Azkoitia)



Parroquia de Santa María la Real (Azkoitia)



Ayuntamiento de Azkoitia









Río Urola



Aizpurutxo







Urretxu y Zumárraga son dos localidades guipuzcoanas que en su crecimiento han llegado prácticamente a unirse. Tan solo las separa el río Urola, que puede cruzarse a través de varios puentes.



Antigua estación de tren de Urretxu


Desde Urretxu tuve que caminar 3 kilómetros más para subir a la ermita de Santa Bárbara, al pie del monte Irimo, junto a la cual se encuentra el albergue en el que iba a pasar la noche. Un albergue con unas instalaciones muy nuevas y con un bar que sirve comidas y cenas, tanto dentro como en su terraza. Por cierto, fui el único huésped que durmió allí esa noche. Pasada la medianoche, una vez que terminaron de recoger el comedor y la cocina, marcharon incluso los que llevan el albergue, bajándose a dormir a Urretxu. Para entonces ya llevaba casi dos horas durmiendo en mi litera. Pero a la mañana siguiente, a las ocho, ya estaba allí uno de ellos para servirme el desayuno.






Urretxu y Zumárraga






Albergue de Santa Bárbara






2ª etapa: Urretxu/Zumárraga - Santuario de Arantzazu

Recorrido: Urretxu/Zumárraga - Legazpia - Ferrería de Mirandaola - Telleriarte - Brinkola - Embalse de Barrendiola - Puerto de Biozkornia - Bordas de Duru - Santuario de Arantzazu
Distancia: 19 kilómetros.

El día amanece nublado y con ligera niebla. Se agradece, en cierta manera, el tiempo fresco, que invita a caminar.





Es esta una etapa dura. La primera parte es prácticamente llana, pero a partir del embalse de Barrendiola hay que salvar un fuerte desnivel  y atravesar la sierra de Aitzgorri por el puerto de Biozkornia para luego descender al Santuario de Arantzazu.

Antes de poner rumbo a Legazpia, quiero pasear por la villa de Zumárraga, patria chica del marino y almirante Miguel López de Legazpi, que fue el colonizador de las islas Filipinas y el fundador de la ciudad de Manila en 1565. En un pequeño parque situado a pocos metros de la estación de tren se localiza la casa-torre de Legazpi, en la que nació este marino que pasaría a la historia. En el centro de la que hoy es la Plaza de Euskadi se levanta una estatua suya, realizada a finales del siglo XIX por el escultor segoviano Aniceto Marinas. Hay que recordar que una plaza del sur de la ciudad de Madrid, en cuyo centro luce en este caso una estatua de Pegaso, lleva también su nombre.



Urretxu



Casa Legazpi (Zumárraga)



Plaza Porticada de Zumárraga



Estatua de Miguel López de Legazpi (Zumárraga)



Plaza de Legazpi (Madrid)


Se sale de Urretxu por la vía verde, que en euskera llaman bidegorri, aludiendo curiosamente al rojo. En el tramo entre Urretxu y Legazpia se camina en paralelo a la vía del tren, dejándose atrás varias fábricas abandonadas.



Estación de tren de Zumárraga

















Vuelvo a pasar por Legazpia, donde dormí hace un par de días, antes de empezar a caminar. Aquí nació el empresario e industrial Patricio Echeverría, que con el tiempo se convertiría en un auténtico mecenas para su pueblo, contribuyendo a su crecimiento, desarrollo y prosperidad. En 1908 puso en marcha su empresa, PESA, que se dedicaba a la producción de herramientas y de aceros especiales. En los años setenta el 85 % de la población activa de Legazpia trabajaba para PESA. Pero no solo se limitó a dirigir su empresa. Él mismo se encargó de construir viviendas para obreros e ingenieros, un economato y dos escuelas. También rehabilitó el hospital (hoy residencia de ancianos), un embalse y la ferrería de Mirandaola, que actualmente es el principal reclamo turístico del pueblo.



Hotel Mauleón (Legazpia)



Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción (Legazpia)



Ayuntamiento de Legazpia



Frontón Urbeltz (Legazpia)


Tras pasar por la ferrería de Mirandaola y por Telleriarte, se entra en Brinkola, pasando por debajo del viaducto por el que discurre la vía del tren. Más adelante se sale a la carretera GI-3511 y se camina por ella como un kilómetro hasta alcanzar el desvío que lleva a la presa de Barrendiola. A partir de aquí comienza lo duro. Es una subida que ya conozco. Hace unos años, en una salida sidrera, ascendimos al pico de Artzanburu precisamente desde aquí. En un corto tramo hay que superar un fuerte desnivel. El camino traza sucesivas zetas, deja atrás el hayedo y pasa junto a los vestigios de una mina abandonada, alcanzándose finalmente el puerto de Biozkornia. Hoy la niebla es densa y aquí arriba no se ve a más de veinte metros. Un poste indica la dirección a seguir hacia Arantzazu. Hay que torcer a la derecha. Afortunadamente, el camino se halla perfectamente señalizado, gracias a las piedras dispuestas en el suelo. Si no, sería fácil perderlo.












Brinkola









Presa de Barrendiola












Puerto de Biozkornia


En el descenso a Arantzazu se pasa junto a un refugio de montaña de forma semicilíndrica, que está cerrado. Es una bajada con tramos bastante empinados y embarrados incluso en verano, en los que es fácil resbalarse.















Santuario de Arantzazu


Junto al Santuario de Arantzazu hay un albergue totalmente nuevo, inaugurado el año pasado, en el que pasaré esta noche. Me colocan en una habitación de cuatro literas en la que voy a estar solo.

Tras darme una ducha, aún me queda tiempo para visitar la Basílica de Nuestra Señora de Arantzazu, patrona de Guipúzcoa desde 1918, antes de que la cierren. Este templo se ubica próximo al bosque en el que, según una leyenda, en 1468 la Virgen se le apareció al pastor Rodrigo de Baltzategi. 
Su construcción, encargada por los franciscanos a los arquitectos Francisco Javier Sáenz de Oiza y Luis Laorga, se finalizó en 1955. 
En la decoración exterior e interior trabajaron algunos de los mejores artistas vascos del momento. Las puertas de acceso, hechas en hierro, fueron diseñadas por Eduardo Chillida. El friso escultórico con un apostolado de la fachada principal, también de hierro, es obra de Jorge Oteiza.



Santuario de Arantzazu


En el interior del templo, el retablo que cubre el ábside fue realizado por el artista madrileño Lucio Muñoz y las vidrieras son del franciscano Xabier Álvarez de Eulate.
Pero sobre todo merecen destacarse las pinturas murales. Las que decoran el camerino de la Virgen son de Xabier Egaña y representan la historia de la Salvación. Las de la cripta fueron realizadas por Néstor Basterretxea y representan a Cristo resucitado y los relatos de la creación e historia del hombre.



Retablo de Lucio Muñoz



Frescos de Xabier Egaña









Frescos de Néstor Basterretxea




3ª etapa: Santuario de Arantzazu - Araia

Recorrido: Santuario de Arantzazu - Refugio de Urbia - Alto de la Horca - Araia
Distancia: 16 kilómetros.

El día amanece lloviendo. A ratos llueve más. A ratos parece que amaina. Pero no para. No me queda otra que echar a andar. Hoy no hay quien me libre de la lluvia. Así será hasta pasadas las cuatro de la tarde.



Santuario de Arantzazu


Desde el Santuario de Arantzazu hay que tomar el camino que asciende en zigzag hacia las campas de Urbia, atravesando un hermoso hayedo. Este camino suele estar bastante concurrido los fines de semana. Pero hoy hay muy poca gente, más con este tiempo.














Una vez superado el collado de Elorrola, se inicia un suave descenso que lleva a la Ermita de Andra Mari de Urbia (1924) y un poco más allá a la Fonda de Urbia, que funciona desde 1925 como bar y como refugio de montaña. Aquí pararé como una hora para sentarme en una mesa del interior y tomarme un plato de queso de oveja con membrillo y un vaso de tinto. No hay nadie más en el comedor. Solo varios parroquianos charlan de pie en la barra.



Ermita de Andra Mari de Urbia



Fonda de Urbia








Reanudada la marcha, el camino pasa junto a varias bordas de pastores y en el alto de la Horca enlaza con la ruta jacobea, que viene del cercano paso de San Adrián, un túnel excavado en la roca.








En los siguientes 4 o 5 kilómetros, el Camino Ignaciano va a coincidir en su trazado con el Camino de Santiago. Se llega a un cruce de caminos en el que hay que torcer a la izquierda, en dirección a Araia, dejando el Camino de Santiago, que continúa hacia Zalduondo.






Araia


Finalizada la etapa, tomaré en Araia un autobús a Vitoria, donde pasaré la noche venidera. Me alojaré en un albergue que hay junto a la Catedral y al día siguiente partiré otra vez en autobús, en dirección a Jaca y Sabiñánigo, para iniciar una travesía pirenaica. Pero eso será ya otra historia.



Plaza de la Virgen Blanca (Vitoria)