En el pico Ocejón

En el pico Ocejón

viernes, 27 de junio de 2014

En el Pinar de la Acebeda (19 de junio de 2014)

Es día del Corpus. A iniciativa de Elena, el Departamento de Administración y Gestión, o al menos una más que digna representación del mismo, se toma un respiro, huye de los fastos que tienen lugar en Madrid con motivo de la proclamación de Felipe VI como rey y se acerca al Guadarrama a disfrutar de una jornada de descanso.

Nuestro destino es Revenga, pueblo situado casi a las afueras de Segovia. El que nos sirve el café en el bar manifiesta, con un cierto deje argentino, no saber si puede llegarse en coche hasta la cola del embalse de Puente Alta. Se justifica aclarándonos que lleva tan solo unos días en el pueblo. Un parroquiano que entra luego en el local nos confirmará que, como sospechábamos, una señal impide pasar en coche a partir de un punto.


Junto al embalse de Puente Alta


Junto a un búnker que suponemos de la Guerra Civil


Tras dejar el coche en el primer aparcadero que encontramos a un lado de la pista, echamos a andar bordeando el embalse de Puente Alta y comenzamos luego a remontar el río Frío, que fluye rumoroso. El bosque proporciona al caminante una sombra que en esta época del año, en la que el verano ya acecha, se agradece más que nunca. Entre los ejemplares de pino silvestre brillan de cuando en cuando las hojas lustrosas de los acebos. Y es que estamos en el Pinar de la Acebeda, masa boscosa próxima a La Granja que Carlos III expropió a finales del XVIII a la ciudad de Segovia para preservarla, explotarla de forma controlada y convertirla en cazadero real.




El cómodo paseo nos lleva hasta la ataguía o toma de aguas del Acueducto de Segovia. Como es lógico, queda poco, apenas unas cuantas piedras, de la obra ejecutada por los romanos hace dos milenios. La actual construcción de hormigón consiste en una represa que recoge el agua, la remansa para eliminar sus sedimentos por decantación y la canaliza por medio de una conducción subterránea que todavía hoy lleva agua potable a Segovia, que dista de aquí quince kilómetros y medio.

Remontando la corriente un poco más, el sendero desemboca en una pista forestal de tierra que salva el río por el Puente del Vado de Arrastraderos. Ha llegado el momento de darnos la vuelta. Podíamos, es cierto, alargar la ruta un poco más y convertirla en circular, pero Carlos se queja de una contractura en la pierna. En estas condiciones lo aconsejable es volvernos por el mismo camino.




Pero como no tenemos prisa ninguna, haremos una parada junto al río, bajo un roble, para comer y echarnos la siesta. Momentos de sosiego que a estas alturas de curso nos vienen como agua de mayo.




Por la tarde, tras la cervecita en una terraza, aún tendremos tiempo de visitar el Palacio de Riofrío, mandado construir por la napolitana Isabel de Farnesio, esposa de Felipe V, y enclavado en medio de un bosque por el que campan gamos y ciervos. De entre los cuadros que contemplaremos durante la visita destacaría uno de gran formato, titulado Desposorios del príncipe Adalberto de Baviera, que se atribuye a José Galofré. El lienzo, que conmemora la boda del príncipe bávaro con la infanta Amalia de Borbón, prima de Isabel II, se encuadra dentro de la pintura historicista del XIX. Entre los personajes de la época que aparecen en él representados figura el militar y político O'Donnell.
Un día relajante y, a la vez, muy bien aprovechado el de hoy. La mejor de las medicinas para nuestras exhaustas neuronas.

Internet
El Pinar de la Acebeda por Andrés Campos

Bibliografía
Ruta nº 18 del libro Las mejores excursiones por la Sierra de Guadarrama. Ediciones El Senderista, nº 13 de la colección.
Ruta nº 8 del libro Las mejores excursiones por sierras, hoces y pinares de Segovia. Ediciones El Senderista, nº 40 de la colección.